jueves, abril 12, 2007

Dios y el Estado

Dios les había prohibido expresamente que tocaran los frutos del árbol de la ciencia. Quería que el hombre y la mujer, privado de toda conciencia de sí mismo, permaneciese un eterno animal, siempre de cuatro patas ante el dios eterno, su creador y su amo. Pero he aquí que llega Satanás, el eterno rebelde, el primer librepensador y el emancipador de los mundos. Avergüenza al hombre de su ignorancia y de su obediencia animales; lo emancipa e imprime sobre su frente el sello de la libertad y de la humanidad, impulsándolo a desobedecer y a comer del fruto de la ciencia.

Dios enfureció terrible y ridículamente: maldijo a Satanás, al hombre y al mundo creados por él, hiriéndose por decirlo así, en su propia creación, como hacen los niños cuando se encolerizan, y no contento con alcanzar a nuestros antepasados en el presente, los maldijo en todas las generaciones del porvenir, inocentes del crimen cometido por aquellos.

En tanto para consolarnos, Dios, siempre justo, siempre bueno, entrega la Tierra al gobierno de los Napoleón III, de los Guillermo I, de los Fernando de Austria y los Alejandro de todas las Rusias.

M. Bakunin

1 comentario:

caballero de la luna negra dijo...

Simplemente increible.
Muho gusto. Me parece brillante tu blog y todo lo que publicas.

Por eso el hombre deve de emanziparse de la religuión: Para poder tomar verdaderamente el fruto de la ciencia y tomar conciencia de su propia libertad y avolir al estado opresor.

Pasate por alguno de los blogs donde escrivo y comentar algo alguna vez.